Me lo estoy pasando genial pero de repente algo pasa y me enfado. Me enfado mucho. Y grito y tiro lo que tengo a mí alrededor. Y tras la rabia llega el llanto pero ya no sé ni por qué lloro. En poco rato he pasado por mil emociones que me hacen estar hecho un lío. ¿Por qué lloro si estoy enfadado? ¿No se lloraba cuando estás triste? A veces no entiendo nada.
Seguro que muchos de vosotros habéis visto a vuestros pequeños pasar por situaciones como esta. A veces, como adultos, no nos damos cuenta de que lo que para nosotros resulta sencillo y comprensible para ellos puede ser todo lo contrario. Algo así pasa con las emociones. En la etapa de infantil se enfrentan a numerosos cambios y situaciones nuevas pero el control de las emociones todavía es escaso y muchas veces no son capaces ni de identificar cómo se sienten. Por eso, decidimos que este curso queríamos trabajar este tema. No se trata de un proyecto con fecha fin si no que es algo que hemos iniciado y que queremos seguir trabajando el año que viene.
Para iniciar el tema y que surgiera el debate sobre los sentimientos colocamos en la puerta del aula una especie de monstruo de las emociones. Primero estuvo enfadado y estuvimos hablando sobre qué podía pasarle.
Nos dejó un libro para qué pudiéramos entender un poco más “su problema”. Se trataba de “El monstruo de colores”, de Anna Llenas. Este libro trata la historia de El Monstruo de Colores, que se ha hecho un lío con las emociones y ahora no sabe cómo solucionarlo.
Os dejamos el enlace de un video en el que narran el cuento.
Las profes decidimos crear un rincón al que pudieran acudir cuando les pasara algo. Allí iríamos añadiendo los distintos materiales que fueran surgiendo para trabajar este tema. Elaboramos unos monstruos como los del cuento para que pudieran cogerlos y les fuera más fácil identificar la emoción que sentían en ese momento. También creamos el “árbol de las emociones”. Les explicamos que este árbol reflejaría las emociones de la clase. Cuando les pasara algo podían acudir a él a relajarse o a pensar y después poner una hoja del color de su emoción.
Amarillo= Alegría
Verde= Tranquilidad
Rojo= Rabia
Azul= Tristeza
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Esta actividad ayuda a que sean conscientes de que día a día pasamos por distintas emociones y que es bueno pararse a pensar en ellas. Además, es fácil ver si, en general, nos enfadamos mucho o, por el contrario, solemos estar contentos. También nos sirve para resolver conflictos y que vean la necesidad de expresar lo que les ocurre.
A lo largo del trimestre hemos ido leyendo varios libros sobre el tema de las emociones. Algunos de ellos son estos que podéis ver en las fotos.
Uno de los sentimientos que más nos interesaba trabajar era la rabia. Enfados por ir los primeros, tú tienes el juguete que yo quiero, alguien que ya no quiere ser nuestro amigo… Os suena, ¿verdad? Ruth, la mamá del mapache Isaac, vino durante dos sesiones a hacernos un taller sobre la rabia. ¡Gracias por tu colaboración y por todo lo que nos enseñaste, Ruth!
En la primera sesión nos contó el cuento “Vaya rabieta”, de Mireille d’Allancé. El libro nos cuenta la historia de Roberto. Hoy Roberto no ha tenido un buen día y está de mal humor. Su papá le ha castigado en su habitación. Entonces Roberto siente una “cosa” terrible que le sale de dentro y que empieza a romperlo todo. ¡Si no la para a tiempo…! Nos encantó el cuento. ¡Fijaos lo atentos que estábamos!
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Estuvimos hablando de cosas que hacían que nos enfadáramos y Ruth nos dio varias ideas para evitar que el monstruo de la rabia saliera sin control. Estuvimos practicando la respiración y después nos enseñó esta canción. En casa, podéis ponerla y tanto los papás y las mamás como los más peques podemos cantarla cuando nos enfademos:
En la siguiente sesión pasó algo que no esperábamos. Ruth trajo una gran tela roja. Entre todos la cogimos y teníamos que ir pensando en esas cosas que nos enfadan.
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Nos fuimos moviendo por la clase y con cada pensamiento de ira tirábamos algún objeto dentro de la tela. Entre todos los íbamos agitando y nos encantaba pero de repente paramos y nos dimos cuenta de que… ¡¡¡la clase estaba hecha un desastre!!! ¡¿Cómo había pasado eso?! A veces la rabia nos hace hacer cosas que no queremos y cuando nos damos cuenta nos arrepentimos. No es malo sentir rabia, todos la sentimos alguna vez pero hay que aprender a controlarla. Por eso, aún sorprendidos de ver cómo había quedado la clase, nos pusimos a recoger. ¡Menuda había liado la rabia!
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En el rincón de las emociones seguimos teniendo la tela roja para que si de repente alguien siente que se llena de rabia pueda ir a desahogarse tirando y estrujando la tela.
Nos ha ido muy bien esto de trabajar las emociones y lo que nos hace sentir. Las relaciones del aula han mejorado y aunque los conflictos siguen y seguirán apareciendo, vamos aprendiendo a buscar soluciones. Seguro que con el tiempo nos hacemos todos unos expertos de las emociones.
El Bosque del María Moliner 